A finales de los 50’s y durante la década de los 60’s Marshall McLuhan Llevó a cabo experimentos para determinar el papel que juegan los medios en la comunicación. En base a sus experimentos, llegó a publicar varios hallazgos interesantes, así como algunas frases célebres. Una de ellas: “el medio es el mensaje”. En su libro Understanding Media: The Extensions of Man, McLuhan describe un experimento donde se compara de efectividad de distintos medios: la televisión, una grabación, un discurso y la lectura. El experimento se realizó así: (1) se seleccionaron grupos de estudiantes de universidad con características similares en términos de demografía y aprovechamiento académico, (2) se formaron cuatro grupos, uno para cada medio a comparar, (3) se diseñó una lección (clase) a impartirse por los distintos medios, es decir, un grupo asistió a la lección por televisión, otro escuchó la lección auditiva (grabación), otro fue a la clase del orador (pero sin hacer preguntas) y el último simplemente leyó el contenido (Guión) de la lección.
Los resultados no fueron completamente claros, pero la clase de la lectura fue la más baja en términos de aprovechamiento. Es decir, los otros medios resultaron más efectivos en la transmisión de información y el proceso enseñanza-aprendizaje. Hoy en día, parece que los estudiantes de universidad (no se diga los de bachillerato) parecen estar familiarizados con los experimentos de McLuhan ya que muchos (no todos) parecen haberse pronunciado en contra de la lectura. En México, es común encontrar que los estudiantes no tienen un libro entre sus pertenencias y si lo tienen, no lo han leído completo. De hecho, uno se los encuentra sacando copias únicamente de las secciones que tienen que leer para el siguiente examen. No leen por gusto ni curiosidad.
Algunas de las razones son: falta de dinero, falta de tiempo y/o aburrimiento. En el primer caso, falta de dinero, me he dado cuenta de que la mayoría de los libros de bolsillo en México superan la cantidad de $200.00 MN, lo cual para algunos estudiantes es mucho. Pero muy seguido, vemos que esos mismos alumnos se gastan $500.00 MN cada viernes y/o sábado en algún bar o paseo (ambos eventos sociales). En el segundo caso, falta de tiempo, parece ser que los estudiantes de universidad están tan “ocupados” que cosas como la lectura se vuelven muy difíciles de agendar. Sin embargo, chatear en línea, planear la próxima salida y dormir siesta no presentan problemas de horario. La última razón, leer es aburrido, es el peor de todos los pretextos. La lectura es la solución para el aburrimiento. Sólo se necesita encontrar un tema que sea interesante para uno y pasar el tiempo aprendiendo sobre el mismo.
Considero que vivimos en un país de incompetentes, ignorantes que estudian y/o trabajan sin tener la menor idea. Somos flojos y complacientes sin la menor curiosidad. La ausencia de mente inquisitiva. La lectura no será el medio más eficiente para transmitir y retener información, pero si el más práctico. Uno no tiene que pagar una colegiatura para aprender algo sobre negocios, imagen, comportamiento humano, historia, etcétera. Uno sólo necesita un buen libro.
viernes, 25 de abril de 2008
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